Cuántos años recorriendo las mismas calles, solo
para llegar, a un recuerdo que ese día todo cambió…
RECUERDO
−Hola amor ¿cómo estás? − dije, con
cierta preocupación.
−Muy bien linda ¿y tú?
−Yo bien … hum… en verdad no, tengo algo importante
que decirte, estoy embarazada.
− ¡QUÉ! Pero cómo puede ser cierto, seguro que ese niño no es mío.
− Me estás diciendo que soy una cualquiera. Tu eres
un maldito ¿cómo te atreves?, pero no te preocupes. Yo cuidaré a mi hijo, tú eres un cobarde inmaduro− estaba llorando.
Me sentía devastada, la persona a quien más amaba,
me decía que era una cualquiera, me negó y se negó a reconocer y aceptar mi embarazo.
Salí corriendo, no veía por donde iba −soy una tonta, cómo
pude estar con él, es un tonto, un patán, sin sangre en la cara− en ese momento
escuché el sonido de un claxon.
EN CASA (Henry)
− ¡Voy hacer papá!, solo tengo 20 años y Mónica, 19
años; esto no puede ser cierto−suena el celular y responde.
−Henry, Mónica está en el hospital, la atropellaron,
ven rápido.
En ese momento sintió que su mundo caía, se fue
corriendo al hospital sin pensarlo dos veces.
HOSPITAL (con
Mónica)
Me desperté, y estaba en un hospital, me dolía todo.
Oía gritos afuera que alguien vociferaba
desesperadamente. Haciendo un esfuerzo logré identificar la voz, era Henry que
me decía − ¡amor mío, déjame verte! Te amo−. Al instante sentí paz y muy feliz cerré mis ojos y
morí.
Cuando me despierto, veo mi cuerpo y todos los
presentes lloran mi partida, en especial
Henry. Sus gritos eran insoportables cuando me enterraban.
ACTUAL
Llegué al lugar que quería llegar, ya es de noche;
entro a la casa y veo a Henry con sus 60 años, pero para mí sigue siendo
alguien de 20 años, no puedo creer que no se casó. Lo veo que coge una fotografía
nuestra en un cuadro y observándola detenidamente empieza a llorar.
−Mónica siempre te amare, tú eras mi futuro, te amo.
Tengo odio, tengo rencor hacia mí, éramos tan jóvenes y tan felices, hubiéramos
formado una familia, todos te echamos de menos, espero que me perdones - dice
Henry.
Yo también emprendo a llorar.
−Te perdono Henry, hace varios años atrás te perdoné.
Un día volveremos a estar juntos, Henry, y será para la eternidad− digo, pero sé
que no me escuchó.
Escrito por:
VARGAS COSINGA
PAMELA
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